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La semana pasada aprendimos junto a la doctora especialista en pediatría Mª Teresa Darder Alorda y la enfermera de atención primaria Joana Maura cómo realizar la RCP básica en bebés y niños en el Taller de Primeros Auxilios que realizamos en nuestra tienda durante la quincena del bebé.
Aunque es algo que a todos los padres nos da mucho miedo hacer, y esperamos no necesitar ponerlo en práctica con nuestros hijos, es importante estar preparados y conocer cómo realizar la RCP, ya que puede suponer salvar la vida de nuestros pequeños.
Para ello, es vital conocer todos los pasos a seguir, para poder actuar con rapidez y mantener la cabeza fría en estas situaciones.
¿Qué es la RCP?
Es el conjunto de maniobras que permiten identificar si un niño está en situación de parada cardiorrespiratoria y realizar una sustitución de las funciones respiratoria y circulatoria, sin ningún equipamiento específico, hasta que la víctima pueda recibir un tratamiento más cualificado.
¿Ante qué síntomas debemos actuar?
Debemos actuar ante los siguientes síntomas:
- Pérdida de conocimiento
- Paro respiratorio
- Ausencia de signos de vida
¿Cuáles son los pasos a seguir?
- Comprobar si el niño está consciente, para ello veremos si reacciona a estímulos, llamándole, pellizcándole y moviéndolo con suavidad. Colocaremos al bebé o niño en una superficie plana y dura (en el suelo, mejor si es sobre una manta o alfombra para mantener el calor corporal). Si sospechamos que puede tener lesiones en el cuello debemos ser muy cuidadosos y trasladarlo inmovilizado.
- Si está consciente, le pondremos en posición de seguridad (PLS)(siempre que no haya sospechas de lesión en el cuello). Permaneceremos junto a él para reevaluar constantemente y pediremos ayuda médica si es necesaria. En el caso de bebés colocaremos un soporte en la parte trasera para lograr que se mantenga en la posición lateral de seguridad y disminuir así el riesgo de atragantamiento con vómitos o secreciones.
- Si no responde, gritar ¡AYUDA! Hay un niño inconsciente, llamar a los servicios de emergencia (061) y continuar con el paso siguiente.
- Comprobar si respira. Realizaremos la comprobación llamada “Ver-oír-sentir” durante 10 segundos. Para ello, abriremos la vía aérea mediante la maniobra frente-mentón e inspeccionamos que no exista objeto extraño que pueda obstruir la vía aérea. En niños menores de 2 años no extenderemos el cuello, tan solo alinearemos cabeza y tórax.
Colocaremos nuestra mejilla próxima a su boca y mirando hacia su tórax, para sentir si respira a la vez que observamos si se eleva el pecho por la respiración.
- Si no responde, pero sí respira, le colocaremos en posición lateral de seguridad y permaneceremos junto a él para reevaluar constantemente.
3. Si no respira comenzaremos la RCP con 5 ventilaciones lentas (1 segundo). Para ello cogeremos aire e insuflaremos un volumen “suficiente” para mover el tórax y dejaremos que salga el aire de forma pasiva. Cogeremos aire nuevo entre ventilaciones separando ligeramente nuestra boca del niño antes de volver a ventilar.
En el caso de niños, realizaremos el “boca a boca” pinzando la nariz, mientras que en bebés realizaremos el “boca a boca-nariz”, sellando con nuestra boca la boca y la nariz del lactante. Si lo hacemos correctamente, veremos como el tórax se eleva ligeramente con cada insuflación. (Aunque consideremos que no hemos realizado correctamente alguna de las ventilaciones nunca se debe repetir, ya que lo más importante es el masaje cardiaco, por lo que deberíamos seguir con los siguientes pasos).
Tras ventilar, debemos comprobar si responde, se mueve, tose o respira. Si no tiene signos vitales, empezaremos a realizar el masaje cardiaco.
Comenzaremos los ciclos formados por 30 compresiones y 2 respiraciones, empezando por 30 compresiones a ritmo rápido (podéis basaros en el tempo de la conocida canción La Macarena para haceros una idea de la velocidad que se debe seguir).
En niños, haremos 30 compresiones con el talón de la mano o ambas manos (dependiendo del tamaño del niño), en el tercio inferior del esternón con una fuerza que deprima un tercio la profundidad del tórax.
En bebés realizaremos las 30 compresiones con los dedos anular y medio, perpendiculares al esternón un dedo por debajo de la línea intermaxilar o un dedo por encima del apéndice xifoideo (tercio inferior del esternón).
Cada 30 compresiones procederemos a realizar 2 insuflaciones de aire, y debemos continuar con estos ciclos hasta que vuelva a latirle el corazón o a respirar o lleguen los servicios médicos.
Si hay más de una persona atendiendo al bebé, lo ideal es que se turnen cada dos o tres minutos (unos 5 ciclos de 30 compresiones y 2 respiraciones) para reponer fuerzas y evitar el agotamiento.
Aunque no sabemos si lograremos sacar al niño de la parada cardíaca, con esta maniobra lograremos que la sangre circule y el organismo continúe oxigenado, por lo que nos dará tiempo mientras logran llegar los servicios de emergencia, ya que de no hacerlo, y dependiendo de lo que tarden, ya no habría nada que hacer.
Esperamos que estas nociones básicas para realizar una reanimación cardiopulmonar (RCP) en bebés y niños os hayan resultado útiles e interesantes, para que en el caso no deseado de que os encontréis en una situación así podáis saber cómo actuar y podáis ayudar a salvar la vida de los niños.
Por último, os dejamos un gráfico para que podáis ver fácilmente los pasos a seguir en caso de parada cardiorrespiratoria.
Imágenes: A.D.A.M.